De esquileo va la cosa

Por fin! Estábamos deseando que llegara el día de quitarle toda esa manta de lana a nuestra pobre Gloria, que ya pasaba calor. Llevamos meses ansiando verla pelada.

Gloria tiene año y medio más o menos, nos la dieron cuando aun no lo había cumplido. Estuvo con el macho de unos vecinos unos días en enero, pero no sirvió de nada, como era de esperar por la época.
Toda su vida ha estado conviviendo con cabras únicamente, es casi como una de ellas.
Nos ha dado algún quebradero de cabeza que otro, porque era la que incitaba al resto a escaparse por algún agujero, o la que primero saltaba la valla. Tiene temporadas de portarse mal jaja.

La veíamos muy gorda con la lana, y queríamos ver si estabamos en lo cierto. Bien, ya lo hemos comprobado, y está como un rollo de kebap, muy sana y lista para correr y aprovechar su recién devuelta agilidad.

Las gallinas

Bien claro teníamos desde que vinimos a vivir aquí, que íbamos a tener gallinas. Al poco tiempo nos hicimos en el mercado local con una pepa (cruce de kika y gallo) que venia con 4 pollitos. Luego nos regalaron un par de gallinas (la pedresa y la de mos) y el gallo (pedrés rubio raro). La convivencia fue muy buena, incluso la de mos adoptó los pollos con la otra.

Hace un par de meses compramos una gallina blanca con la idea de que pusiera huevos blancos. Para nuestra sorpresa, hace un mes empezó a poner, y son morenos.
A los pocos días nos dieron un pollito de 4 días superviviente de una incubadora que no salio muy bien. Lo hemos criado sin problema, nos dijeron que podría ser cruce de sussex, pero de momento es blanca y alguna pluma marrón en el cuello que aun no se ve. Ya con dos meses hemos sabido que es hembra.
Curiosa realidad para ella, que la hemos estado llamando Fulgencio todo este tiempo.
Todos los días cogemos 4 huevos, y sabemos de qué gallina es cada uno.
A la pollita aún no la aceptan en el grupo, por lo que vive con la cerda, pero eso ya es tema para otro post ;)

Tal día comenzó nuestra aventura

No sabemos cómo ni de qué manera hemos llegado a juntarnos con tanto animal. Cierto es que hay veces que te sacan de quicio, pero se compensa con creces con ratos que solo ellos te regalan. Aquí alguno de nuestros bichos echando la siesta.